Plantas perennes, cespitosas o rizomatosas, con rizomas cortos, ocasionalmente anuales; tallos erguidos a decumbentes, rígidos, simples o escasamente ramificados en la base; entrenudos cilíndricos; nudos levemente engrosados o comprimidos; vainas usualmente más largas que los entrenudos, estriadas, con sus márgenes notablemente superpuestos, pilosas o glabras; lígulas membranáceo-ciliadas; láminas lanceoladas a linear-lanceoladas, conspicuamente dísticas, planas, convolutas o involutas, atenuadas, truncadas o subcordadas en la base, el ápice apiculado. Inflorescencias terminales, abiertas, con varias ramificaciones opuestas o alternas, ejes de las ramas desnudos en la base o bien floríferos en toda su extensión, triquetros, escabrosos, con espiguillas adpresas, alternas hacia el ápice, eje principal terminando en un racimo. Espiguillas cortamente pediceladas, lateralmente comprimidas, aplicadas contra el raquis, 1-4-floras, con 1-2 antecios perfectos y 1-2 neutros o reducidos superiores; raquilla articulada por encima de las glumas; glumas 2, más largas que los antecios, acuminadas, 1-nervias, escabrosas sobre el nervio; lemma 3-nervia, pubescente o glabra, nervios laterales próximos a los márgenes, ápice agudo o minutamente 2-fido, aristado, arista recta, usualmente más larga que las brácteas de la espiguilla, ocasionalmente mútica; pálea membranácea, 2-nervia; raquilla prolongada por encima del antecio superior, terminando en una arista; estambres 3, ocasionalmente 2; lodículas 2, cuneadas; gineceo con 2 estilos y 2 estigmas plumosos; cariopsis fusiforme, hilo punctiforme, embrión ? o menos de la longitud de la cariopsis.
Distribución:
El género comprende 14 especies, 13 de las cuales son americanas, distribuidas desde Estados Unidos de América hasta Argentina, y la restante, Gymnopogon delicatulus (C.B. Clarke ex Hook. f.) Bor, del Viejo Mundo. Gymnopogon es un género de poco valor forrajero, se lo encuentra en áreas tropicales y templadas, frecuentemente en suelos secos y arenosos. De acuerdo con Parodi (1919) y Gallinal et al. (1938), sus especies contribuyen al establecimiento de praderas naturales.