Árboles o arbustos monoicos, andromonoicos, androdioicos o dioicos; yemas vegetativas con escamas acrescentes dejando
cicatrices anulares en la base de las ramas. Hojas opuestas, sin estípulas, largamente pecioladas; láminas simples ± profundamente
palmatilobadas, o compuestas imparipinnadas; folíolos enteros, dentado-serrados o lobulados. Inflorescencias axilares o terminales,
corimbiformes, umbeliformes, racemiformes o fasciculadas, péndulas, en ramas jóvenes o del año anterior; pedicelo floral no
articulado. Flores actinomorfas, perfectas o imperfectas, con frecuencia sólo funcionalmente imperfectas; las pistiladas con dos
ramas estigmáticas filiformes, en general sin estambres, aunque pueden tener estaminodios; las estaminadas con pistilodio presente o
ausente; sépalos 4-6 o ausentes; pétalos 2-6 o ausentes; estambres (4-6)8(9-13); disco nectarífero presente o ausente, extraestaminal,
intraestaminal o anfiestaminal; gineceo 2-carpelar, cada carpelo con una expansión aliforme dorsal, 2 óvulos por carpelo de los
cuales sólo uno se desarrolla, estilo breve o alargado, estigma 2-fido. Frutos samaridios, cada mericarpo 1-seminado. Semillas con
tegumento cartáceo, complanadas lateralmente o redondeadas; embrión con cotiledones verdes, plegados.
Distribución:
Género que comprende ca. 126 spp. del norte de Asia, Japón, Europa y América del Norte. Se cultivan numerosas especies y
cultivares por su valor ornamental y forestal. Para la Argentina se consignan 13 especies (Rial Alberti, 1951). Las dos especies aquí
tratadas además de ser cultivadas como ornamentales, están presentes como adventicias en determinadas regiones de la Argentina.