Hierbas anuales, bienales o perennes, glabras. Raíces a menudo carnosas y engrosadas. Tallos erectos o procumbentes. Hojas alternas, pecioladas o sésiles, ovado-cordadas a rómbico-cuneadas. Inflorescencias en espigas de cimas o glomérulos. Flores perfectas, bracteadas; sépalos 3-5, distintos, a veces petaloides, redondeados, soldados en la base, concrescentes; estambres 5; ovario semiínfero; estigmas usualmente 2-3, connados basalmente. Frutos pixidios, dehiscentes por un opérculo apical. Semillas horizontales, orbiculares o reniformes; tegumento castaño oscuro, liso; embrión ± anular, perisperma abundante. Número básico de cromosomas x = 9.
Distribución:
El género comprende nueve especies que habitan principalmente la cuenca del Mediterráneo europeo. En la Argentina crece una subespecie naturalizada. Algunas variedades de Beta vulgaris, que se caracterizan por sus raíces carnosas, se cultivan con fines hortícolas o industriales (“acelga”, “remolacha”).